Amor eterno. El amante eterno/Amor primitivo

De las muchas novelas escritas por Edgar Rice Burroughs cuyo tema principal es la prehistoria de la especie humana, puede que sea este grupo de dos magníficas obras uno de sus puntos más interesantes y atractivos. Moviéndose en el terreno para él poco frecuentado de una novela a caballo entre la realidad científica y la aventura en estado puro, Burroughs plasma en un magnífico cruce la historia de Nu, cazador del Nioceno (sea el Nioceno lo que sea), trasladado por un azar del destino a las selvas ecuatoriales, donde se encontrará con (que nadie se pasme) el mismísimo Tarzán y con su amada Nat-ul, que a lo largo de una serie de reencarnaciones da con él a través del tiempo y del espacio para unir sus vidas en ese amor eterno que da título al ciclo. Aventuras prehistóricas, aventuras descabelladas donde no hay reposo ni para el lector ni para los héroes de esta aventura desmesurada escrita al principio de las carrera de Burroughs y donde sus dotes narrativas (todavía no alteradas por la comercialidad que, apenas unos años después, harían de su obra un cúmulo de repeticiones) estaban en su estado más elevado. Dos novelas apenas conocidas, pero que marcan un hito dentro de la totalidad de la obra de su autor y que nos enorgullece rescatar de un inmerecido olvido.