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El explorador Alan Caranac, tras su regreso a los EEUU, se encuentra con una serie de suicidios inexplicables que le afectan de cerca, y deberá unir fuerzas con el Dr. Lowell, el gánster Ricori y el lugarteniente de este, McCann, para hacer frente a una nueva amenaza sobrenatural, nacida hace milenios, pero que pasea por la moderna Norteamérica como si tal cosa.
Dado que Costas de Carcosa publicó hace tiempo la obra de Abraham Merritt «¡Arde, bruja, arde!», era cuestión de tiempo que acometiéramos la empresa de ofrecer a los lectores su secuela, «Creep, Shadow!», aparecida en la revista Argosy entre el 8 de septiembre y el 20 de octubre de 1934, y que cambió su título por «Creep, Shadow, creep!» en su edición en libro de 1935, para que sonara similar a su antecesora.
No obstante, no resulta necesario leer o haberse leído la novela anterior (obviamente, es mejor hacerlo, aunque sea por mero disfrute), pues esta novela de fantasía y horror es completamente autoconclusiva. En ella, el explorador Alan Caranac, tras su regreso a los EEUU, se encuentra con una serie de suicidios inexplicables que le afectan de cerca, y deberá unir fuerzas con el Dr. Lowell, el gánster Ricori y el lugarteniente de este, McCann, para hacer frente a una nueva amenaza sobrenatural, nacida hace milenios, pero que pasea por la moderna Norteamérica como si tal cosa.
Leyendas antiguas, mundos de fantasía, erotismo, horror sobrenatural y una trama apasionante, perfectamente llevada por su magistral autor, es lo que puede esperar el lector de esta maravillosa novela, que aparece profusamente ilustrada por Virgil Finlay y Lawrence Sterne Stevens, y de la que ofrecemos, además, sus ilustraciones interiores originales de Argosy, en apéndice aparte.
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